Pero la experiencia muestra que en las zonas altamente contaminadas e irradiadas por la explosión nuclear de Txernobil de hace 30 años, no solo no ha disminuido la densidad de población animal, si no que los lobos y los zorros, que han ocupado las zonas antes ocupadas por los humanos desplazados, se han multiplicado por siete en relación a las reservas naturales no contaminadas.
¿No será que el hombre es más peligroso que la radiación atómica?
Coronel Von Rohaut
martes, abril 26, 2016
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