La base aérea de Amari, construida por los soviéticos en Estonia y con una larga pista asfaltada, es hoy una base puesta al servicio de la NATO y sus fuerzas aéreas, que de forma rotatoria, aseguran "la policía del cielo" en esta zona del Báltico vecina de Rusia; y aseguran la soberanía aérea de un país pequeño e independiente que no dispone de fuerzas aéreas propias
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Coronel Von Rohaut
(Y clikar aquí para leer, en francés, un relato sobre esta moderna base aérea de la NATO)
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