Siempre se ha dicho y con razón que Hitler era un apasionado del muchas veces grandilocuente Richard Wagner, abanderado del romanticismos pangermánico.
Pero al principio de la IIGM y cuando por la radio alemana daban a diario el parte con las victorias de los ejércitos nazis, la sintonía que abría el programa no era música de Wagner si no, a petición del propio Hitler, la "finale" (una fanfarria") del poema sinfónico
"Les preludes" del húngaro Franz Listz (cuya hija ilegitima, Cósima, fue la esposa de Wagner), que puedes escuchar clikando aquí (no hace ningún daño ni es malo para la salud...).
Coronel Von Rohaut
jueves, abril 06, 2017
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