Pues cada vez que hablo de los dirigentes españoles del PP o del PSOE, entre mis amigos catalanes, familiares, vecinos y contertulianos, unos se cagan en sus padres y otros en sus santas madres... División de opiniones, se llama esta figura.
Es como cuando hablo de "los catalanes" que siempre hago la siguiente e importante distinción:
- Hay los catalanes de apellido y de origen, los auténticos, que casi todos votan en bloque por la independencia de Catalunya ya que son nacionalistas y soberanistas (y mayormente habitantes de poblaciones no infectadas ni contaminadas de la Catalunya Central, Girona, etc.). Son, tengo que decirlo así, "los buenos catalanes" pero que cada día son porcentualmente menos, por culpa de la política española de migraciones interiores, que nos han invadido para sumergir y diluir demográficamente el catalanismo.
- Existen algunos de estos catalanes que, todo y siéndolo de nombre y origen, por intereses particulares (los "botiflers"), por ser renegados o traidores (en todos los países los ha habido) o bien por causa de sufrir el bien estudiado y alienante "síndrome de Estocolmo", prefieren votar a las fuerzas ocupantes españolistas, votar al enemigo secular.
- Luego hay aquellos habitantes de Catalunya pero oriundos de otras partes de España que, mal integrados o desagradecidos, y salvo gloriosas excepciones, se siguen sintiendo hispano-castellanos; forasteros en casa que "de fora vingueren i de casa ens tragueren".
- Hay hijos y nietos de inmigrantes, antes mal llamados "charnegos", gente honesta que es tan o más catalana que yo ya que así se sienten y no solo por vivir y trabajar aquí. Y que son muy bienvenidos. Ellos son el futuro de la nación catalana. Y si así no sienten, pues que se vayan... pues muy bien,,, pues adiós y gracias por los servicios.
- Luego hay simples "fuerzas de ocupación", funcionarios castellanos que aquí viven, pero como una simple Gestapo centralista y represora.
Coronel Von Rohaut
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