Además de estar cada día más duro de oído (sordo, se decía antes de la moda de los eufemismos), cada día estoy más cegato o sea, en catalán de inmersión pura y dura "quasi no hi veig tres dalt d'un burro".
Un óptico vecino mío al que visité por si había que modificar las gafas (que nunca me pongo, por cierto...), me dijo que me fuera directo al oftalmólogo ya que tenía cataratas.
Y hoy he ido al Institut Català de la Retina. Me tenía que visitar una doctora pero ayer me llamaron para decirme que no estaría y que me visitaría otra. La otra, que vive en Cardedeu, hoy no se ha presentado por culpa de la nevada y me ha visitado un tercero, que no es cirujano y solo me ha confirmado que sí, que tengo unas buenas cataratas en ambos los dos ojos; y me ha enviado a programar otra visita con un cirujano.
Afortunadamente una conocida (la esposa del primer óptico señalado) que trabaja aquí como optometrista, ha venido a saludarme, muy amable, y me ha ayudado a escoger un cirujano recomendado, pues no es cuestión que me opere el primero que pase. Para el que tengo visita concertada para el 26 de marzo y entonces, supongo, si no ha vuelto a nevar ni han habido inundaciones ni otras catástrofes naturales como terremotos, etc., ni se ha producido un Armagedón zombi ni un holocausto nuclear, me dirá cuando me opera.
Sí, ya sé.Todo el mundo me dice que hoy esta operación, que ha mejorado mucho desde que se practica, es indolora, incolora, inodora, e insípida. Pero yo, solo de pensar que me han de tocar los ojos (casi preferiría que me tocasen los huevos...), ya estoy cagado.
Coronel Von Rohaut
(PS) Sobre el título parodiado de esta entrada: "la nineta dels meus ulls", ésta ya es otra historia...
miércoles, febrero 28, 2018
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