Viene a decir, para documentar sus conocidas tesis anti catalanas o autoflageladoras (no digo que, a veces, no tenga razón), que de casi todo tenemos la culpa los propios catalanes y que no deberíamos escudarnos en Madrid y el PP. Que los empresarios catalanes son unos "cagados", lo que es bastante cierto ya que "la pela es la pela" y no se arriesgan a perder ni un duro, que una cosa es la bandera y otra la cartera y no fuéramos a "prendre mal"...
Pero lo que el amigo Trallero pasa por alto es que si se recibe una botella de vino, en Andalucía, etiquetada en gallego, no pasa absolutamente nada.
¿Pero puede alguien imaginarse lo que ocurriría al llegar a una tienda de Talavera de la Reina, de Carmona o de Quintanilla de Onésimo, una caja de cava con toda la información en catalán? ¿Ni siquiera en bilingüe?
- la devolverian "ipso facto", con una carta con insultos.
- lo publicarían en "El Mundo" y "La Razón", tachándonos de bárbaros y de provincianos, simultaneamente, así cómo de imperialistas catalanes, insolidarios y demás sandeces españolistas.
- el Defensor del Pueblo nos denunciaria ante los tribunales.
¿Qué hemos de hacer? Yo lo tengo claro pero ¿y los Sres. Codorníu y Freixenet? (*), ¿y el Presidente del Banc de Sabadell o de "La Caixa"? ¿y el dueño de Gallina Blanca?
Coronel Von Rohaut
(*) Ya sé que se llaman Raventós y Ferrer...
No hay comentarios:
Publicar un comentario