Para tener una política exterior hay que empezar por tener una política propia y para tener una política, cualquier política, hay que tener un mínimo de inteligencia.
Viene esto a cuento porqué leo que "Zapatero convierte la defensa del clima en su apuesta internacional". ¡ Toma ya !
¿Y que dirá el Zapatero en la Asamblea Anual de la ONU, en Nueva York? ¿Que España firma todos los convenios, cómo Kioto, pero no cumple ninguno?
¿O seguirá haciendo el ridículo cómo cuando propuso, en presencia del Kofi Annan, que se apuntaba a todas y del jefe de gobierno turco, que arrimaba el ascua a su sardina, que había que ir hacía un Diálogo de Civilizaciones, o de Culturas, y de lo que nadie le hizo ni puto caso?
Porqué para implantar, fomentar o apoyar una política, hay que tener una cierta influencia o capacidad de persuasión y éste no es el caso ni de Zapatero ni de Moratinos, a los que el Bush ni se los mira, y la Condolezza se los mira, por encima del hombro, hablando con el Fidel, el Chávez, la Rigoberta, etc. etc.
En su día, el Aznar consiguió su sueño: jugar en la primera división del tablero mundial, saliendo en la foto de las Azores y en el rancho del jefe, con los pies encima de la mesa. Se equivocó, pero lo consiguió...
El Zapatero no pinta nada, ni tiene talla y no me refiero a la física, pues el Sarkozy es mucho mas bajo. Pero tiene un par...!!!
Y el "Quai d'Orsay", igual que el "Foreign Office", tienen su filosofía política, pensadores que la visten y brillantes políticos que la ejecutan. Una política de larga tradición e inteligencia, independientemente que, a veces, la caguen, cómo todos.
Coronel Von Rohaut
lunes, septiembre 24, 2007
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