Desde hace unos días se está notando un endurecimiento dialéctico, por parte de los dirigentes socialistas de Madrid, en relación a la ETA, su entorno y sus acciones.
Dirigentes del PP se vanaglorian que ellos no han modificado sus puntos de vista políticos mientras que se alegran que los socialistas, según ellos, se estén acercando a sus posiciones, frente al nacionalismo vasco.
Altos cargos socialistas muestran un cierto hartazgo, un estar "hasta los cojones" de las, según ellos, reiteradas y excesivas quejas de los catalanes, despreciando y tergiversando los resultados de la pasada "mani". La clásica táctica de culpabilizar a la víctima.
En su regreso a la política activa, el socialista mas cercano a las posiciones del PP y querido por éstos, el inefable Pepe Bono, ha declarado que lo ha hecho ante las nuevas posiciones del PSOE frente a ETA y a la desaparición de Maragall (desde su punto de vista, un peligroso nacionalista catalán) de todo cargo en el socialismo catalán. Lo que le molestaba enormemente y, igual que el Ibarra, ni lo escondía ni lo disimulaba.
El, aparentemente "progre" periódico de Madrid "El País", portavoz oficioso del PSOE, al referir la pasada manifestación del sábado en Barcelona, ha utilizado un tono agrio y unos términos despectivos e insultantes hacía los nacionalistas catalanes, cómo los que hasta ahora venían utilizando "El Mundo" y la Cope.
Repetidamente, dirigentes del PP y sus voceros han venido insistiendo en la necesidad, después de las próximas elecciones, de reformar la actual Ley Electoral. Entre el PP y el PSOE disponen de los suficientes votos en las Cortes, para llevarlo a cabo, igual que lo hicieron con la votación de la LOAPA después de la asonada militar del 23F. El Tribunal Constitucional les tumbó algunos de los artículos pero otros fueron aplicados y se recortó la no ya demasiado fuerte "autonomía" de que disfrutábamos los catalanes (el concierto vasco no se tocó; allí tenían la ETA en plena acción).
Si se modifica la Ley Electoral y se recorta la posibilidad de obtener un número mínimo de escaños por parte de los partidos periféricos (PNV, CIU y Esquerra), se refuerza el bipartidismo, se anula el efecto "bisagra" y perdemos la poca capacidad de influir que aún tenemos y que para ellos es claramente excesiva, molesta y chantajista.
Si ahora ya pintamos poco, no te digo lo ignorados, aún mas expoliados sin compensaciones y ninguneados y humillados que estaremos.
Que tomen nota aquellos que aquí aún "se sienten también españoles", creen que aún nos podemos encajar en España, que ya nos haremos respetar, que si nos portamos bien algo obtendremos y que "qui día passa, any empeny".
O todo o nada. O independencia plena ya, cuanto antes o "que no ens passi res...".
Coronel Von Rohaut
miércoles, diciembre 05, 2007
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