Entre los nacionalistas españoles y sus deyecciones, los catalanes españolistas, existe la tendencia, diría yo que casi la doctrina, de asimilar "nacionalismo" (catalán, claro, no el suyo) con provincianismo, individualismo, encerrarse y ensimismarse en sus "politiquillas" de campanario, mirarse el ombligo, etc.
Los mas agresivos (los Losantos y tertulianos Coperos), rizan el rizo equiparando "nacionalismo" (catalán o vasco, "of course") con "nacionalsocialismo" o sea, directamente, "nazismo", racismo y xenofobia. Es decir, nos aplican a nosotros, los nacionalistas catalanes, lo que en realidad son ellos. La conocida técnica de proyectar tus defectos sobre tu enemigo.
En una carta de un lector publicada hoy en "La Vanguardia", sale a relucir esta imagen de su subconsciente. En un texto sobre los males que nos aquejan y que, en su conjunto, yo casi podría suscribir, desliza este comentario "...los nacionalistas de aquí y de allá... nos amenazan día tras día con nuevos Estatutos... referéndums de independencia... que les dé todavía más poder y más alejamiento de Europa".
¡ Toma castaña ! Ellos si que son "modelnos", internacionales, "progres", cosmopolitas... Mientras que nosotros, estúpidos nacionalistas catalanes, somos de pueblo y nos queremos alejar de Europa...
Si no recordara perfectamente que cuando el resto de España no era mas que un pueblo atrasado e inculto, lleno de buenas gentes montadas en burro, Catalunya era ya una sociedad culta y próspera (dentro de lo que cabe), europea e internacional, me lo llegaría a creer.
Cuando en España renegaban de Europa y se refugiaban en la triste españolada, el flamenquismo y el sainete, en Catalunya admirábamos la cultura francesa, la "chanson" y mirábamos hacía París y Londres cómo el que mira hacía el paraíso deseado.
Cuando en España sólo se hablaba de los "países árabes hermanos" y de los países sudamericanos "hijos de la Madre Patria", en Catalunya, políticos como Jordi Pujol y otros, así cómo el mismo pueblo llano mas o menos instruido, soñábamos con una futura integración en el entonces llamado Mercado Común. Y hacíamos bandera y orgullo de nuestro "atlantismo" y occidentalismo frente a la miseria intelectual, la cerrazón y mezquindad mesetaria y carpetovetónica de la España profunda.
Incluso poetas catalanes como Salvador Espriu se dejaban ensoñar por "hacía el norte, en donde dicen que la gente es limpia y noble, culta, rica, libre, despierta y feliz!" (*)
¿Cómo se atreven a decir que una Catalunya independiente, soberana y libre "se alejaría más de Europa"? ¿Cómo se atreven ahora a apropiarse de un europeismo al que ellos han tardado tanto en llegar?
¿Cómo pueden ser tan estúpidos, falsos, malvados, fariseos, hipócritas, pérfidos y maliciosos?
"Free Catalonia" o, cómo proclaman los de mi plataforma independentista Catalunya Acció, "Catalonia, the next state in Europe". ¡Amén!
Coronel Von Rohaut
(*) "La pell de brau", en traducción de Goytisolo.
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