Catalunya es un país seco. Dentro de poco, con el cambio climático, se transformará en semi-árido en algunas zonas y por ello los períodos de sequía son totalmente previsibles. Pero entre crisis y crisis, nuestros sagaces políticos se rascan los huevos y se limitan a rezar para que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva.
Los gobiernos de Madrid, de derechas o de izquierdas tanto da, por razones políticas que ignoro (pero que me temo) y con excusas casi esotéricas, se han venido oponiendo al trasvase de agua del Ródano (Francia), que vendría canalizada e iría directamente a las plantas potabilizadoras que alimentan la ciudad de Barcelona.
Ahora, ante la inminente falta de agua para consumo doméstico, la Consellería de Medi Ambient, la misma que también se opone al trasvase pero por motivos dogmáticos de su Conseller, el Baltasar, de Iniciativa (los ex comunistas reciclados en falsos "ecolos"), está estudiando traer agua, ahora sí también del Ródano pero, Santo Dios... en barco.
Cómo que el agua de río no es directamente potable y además ahora, para embarcarla, la cogerían en la desembocadura o sea, aún mas sucia, al llegar al puerto de Barcelona tendrían que subirla en camiones cisterna (¿cuantos cientos?) hasta la potabilizadora, antes de integrarla en la red de distribución.
Pero es que, encima, las autoridades marítimas ya avisan que no hay barcos cisterna preparados para transportar agua potable. Hace años, ante un caso parecido en las Baleares, se transportó el agua del Ebro en tanques que previamente habían transportado petróleo e, incluso después de potabilizarla, el agua era absolutamente inapropiada para el consumo humano por su olor, sabor y calidad sanitaria. Tuvieron que tirarla...
¿Una sarta de despropósitos? No, una banda de administradores públicos incompetentes. Unos delincuentes de la política.
Coronel Von Rohaut
jueves, enero 10, 2008
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