Hace algún mes expliqué aquí que debido a un accidente de F-22 "Raptor" que se estrelló en Alaska por, al parecer, una hipoxia sufrida por el piloto y ya otros habían tenido problemas, todos los F-22 habían sido inmovilizados en el suelo hasta averiguar lo sucedido.
Ello ha representado tener durante 10 semanas la flota de aviones de combate aire-aire o defensa aérea, reducida en un 50%.
Precisamente hoy se ha levantado la prohibición de volar y a los pilotos les costará recuperar la practica perdida en tres meses de inactividad.
El problema parece que era debido a que en la base de Elmondorf, en Alaska y debido al frío extremo del exterior, los aviones eran puestos en marcha en el interior de sus hangares cerrados y los humos de sus toberas o escapes, con gran proporción de CO2, se introducían en el sistema (que tiene tomas de aire exteriores) que luego, durante el vuelo, proporcionaba oxígeno contaminado a los pilotos. Que sufrían desmayos y uno incluso la muerte; igual que en los USA y cada año mueren 400 personas por inhalar CO2 de los escapes de sus coches arrancados y dejados en marcha en el garaje cerrado.
Y esto no se averiguó hasta que, repasados todos los elementos del avión sin encontrar ninguna avería ni malfunción, se pasaron a estudiar todos los protocolos y procedimientos de esa base concreta. Los otros F-22 están en bases de Virginia y Hawaïi y sus motores se arrancan al aire libre.
Estúpido y risible, si no hubiese resultado trágico...
Coronel Von Rohaut
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