Cuanto más conozco sobre el alienado vikingo que ha perpetrado la carnicería de Oslo más sube mi nivel de cabreo y de frustración hacía algunos de mis semejantes.
Porqué al parecer éste perturbado llevaba tiempo escribiendo en su "blog" sus ideas y sus proyectos. Sentía aversión por la idea de una eventual "Eurabia", una Europa invadida demograficamente por una creciente población musulmana; igual que yo, solo que yo no por ello me pongo a matar socialistas.
Invasión evidente en Oslo como ya lo es también en la mayoría de países europeos, desde la Alemania llena de turcos y la Gran Bretaña de indo-pakistaníes, hasta la propia España y especialmente muchos lugares de Catalunya rebosantes de moros. Sin hablar de los millones de argelinos de Francia...
Pero se autoproclamaba como un "Caballero Templario" y exhibía sus símbolos, como también yo tengo una especial simpatía por la historia de la Orden del Temple y en este mismo "blog" varias veces he reproducido la cruz "patée". Porqué no olvido que el gran jefe almogàvar, el Comandante de la Gran Companyia Catalana que señoreó el Mediterráneo, era un ex monje templario, Roger de Flor (Rutger von Blum en su alemán paterno, y cuyo escudo de armas era una flor de lys) (*), que al mando de su nave templaria, "El Falcó", se puso al servicio de la Corona de Aragón.
Vaya puta mierda de "compañeros de viaje" que me han salido ahora y que ensucian mis convicciones.
Coronel Von Rohaut
(*) Y que con motivo de su asesinato a traición, cometido por mercenarios alanos y por mano del hijo del emperador de Bizancio, Andrónicus II Paleólogus o Andrónico el Viejo que los había contratado para luchar contra los turcos u otomanos y luego no los quiso pagar, los almogávares al mando de Berenguer d'Entença, desataron la terrible y sangrienta "Venjança catalana" y arrasaron poblaciones de griegos bizantinos hasta llegar a Constantinopla. Pero eran otros tiempos...
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