"Delenda est Castella" . Antes yo terminaba así muchas de mis entradas en este "blog" y como que hace tiempo que no lo hacía, quizás debería explicarlo para aquellos que hace menos que me siguen y a los que nunca agradeceré bastante su comprensión.
Obviamente es una parodia o imitación apropiada de la frase original que era "Delenda est Carthago", que algunos escriben "Carthago delenda est" y que siginifica "Cartago debe ser destruida".
Al parecer así es como terminaba, viniera o no a cuento y cualquiera fuese el tema tratado, Catón el Viejo todos sus discursos en el Senado de Roma, allá por el año 150 antes de Cristo y durante las Guerras Púnicas que enfrentaron la civilizada Roma con la africana Cartago.
Y está claro que el romano Catón, senador y hombre de "pro", deseaba la destrucción de su enemigo, como yo deseo la del mío. ¿O acaso él no lleva siglos tratando de destruirme a mí?
El que me pida que ponga la otra mejilla, que contemporice, es un gilipollas (*) o un maldito traidor.
Coronel Von Rohaut
(*) Como el que, siendo catalán, me responde "pero también me siento español", en una clara confesión de padecer, aún sin saberlo, el "síndrome de Estocolmo". Aquel que hace que la víctima entienda, perdone o se solidarice con su enemigo o captor.
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