En su contraportada de hoy el subdirector de periódico catalán "ARA" recuerda, con motivo de la presentación de un libro, al abogado, político y comentarista de opinión Francesc Sanuy (Barcelona, 1936).
Entre otros cargos fue Conseller de Jordi Pujol y delegado en Madrid de la Generalitat de Catalunya, pero su vida política se acortó por ser un hombre demasiado libre y poco dado a la castrante disciplina de partido. Su mayor época de gloria fue cuando era tertuliano habitual en el programa matinal de Catalunya Radio, dirigido por Antoni Bassas pero, antes que el propio Bassas, Sanuy fue descabalgado por "los políticos" (secta o raza poco dada a la libertad de espíritu y mal dispuesta a aceptar los dardos envenenados de la palabra irónica e inteligente).
Más brillante (o digamos lúcido, sensato o cartesiano) incluso que su colega de programa, el ex directivo de La Vanguardia Lluís Foix (algo condicionado por su pertenencia al Grupo Godó y actualmente ya un poco gagá), Sanuy se había educado en el Liceo Francés de Barcelona y esto, especialmente en aquella época, marcaba mucho. Era poseedor de una cultura enciclopédica y una fina ironía que podía ser un tanto agresiva cuando era necesario, lo que yo siempre he admirado mucho y en su artículo de hoy Ernest Folch no duda en afirmar que Francesc Sanuy ha sido el mejor tertuliano que jamás se haya escuchado en este país. Y cuando dice en este país se refiere a Catalunya; fuera de aquí ni le escucharon jamás ni le conocen y esta podría ser una de las claves de la gran diferencia, separación o incluso falla tectónica cultural e intelectual existente entre Catalunya y la Hispania castellana.
Pero aquí que le tenemos, le mantenemos amordazado. Su libertad de espíritu y de expresión, su brillantez e ironía causan desasosiego en los mediocres que nos dirigen.
Coronel Von Rohaut
(PS) Un tertuliano y columnista brillante de ahora podría ser Xavier Sala i Martín, si bien más escorado hacía la temática exclusivamente económica al ser catedrático de dicha asignatura en la Universidad de Columbia (New York) y doctorado en Harvard. Ah, y tampoco a él en el resto de España le citan demasiado a menudo, por no decir nunca. Y cuando veo y escucho a los tertulianos de la mayoría de radios y televisiones españolas, todas con sede en Madrid, decir que me sonrojo de vergüenza ajena sería poco, hasta puede sonar a coña...
¡Señor, qué nivel!
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