Esta guerrilla somalí y franquicia de Al Qaïda, según informaciones, cada vez se adentra más en Kenya donde, matando miles de elefantes a los que ya ha abocado a su total extinción (*), luego trafica con el marfil para financiar sus compras de AK-47 y otras armas.
El mercado chino sigue siendo un ávido comprador de marfil, sin importarle ni la vida de los elefantes y su sufrimiento, ni su probable y cercana desaparición.
Una desgracia más que viene a sumarse a las plagas que, sin pausa, siguen asolando el continente negro; negro en todos los conceptos:
- La guerra civil que no cesa entre el Sudán del Norte, musulmán, y el Sudan del Sur, cristiano o animista que, pese a haberse independizado éste último, por culpa del petróleo y su reparto se siguen escabechando.
- La guerra civil que se va ampliando en el Mali, entre un norte musulmán, bandido y secesionista, amparado en los independentista "tuaregs" que sirven de coartada, y un sur menos islamista pero destrozado por golpes militares, corrupción e ineficacia.
- El bandolerismo, aliado con los islamistas de Al-Qaïda, secuestradores, contrabandistas y demás bandas de malhechores, que se expanden, además del Mali, por el Niger y demás países del Sahel o zona sub-sahariana, afectando a la misma Mauritania, sur de Argelia, Tchad, Sudán y República Centro-Africana.
- La piratería en Somalía y Océano Índico así como en el Golfo de Guinea, al otro lado del continente.
- La guerrilla somalí, con ramificaciones en Kenya y Uganda.
- Las derivaciones, todavía sangrantes, de la guerra civil en Rwanda y los restos de dicha desestabilización en toda la zona de los grandes lagos y frontera del Congo (ex-belga y otrora rico)
- La guerra civil del mismo Congo, que sigue viva, a pesar de los repetidos acuerdos de paz, en el norte y este del país y con intervención de fuerzas de países vecinos.
- La desestabilización e incluso guerra civil en Nigeria, entre las fuerzas centrales y las numerosas milicias islamistas, especialmente la cruenta Boko Haram que impone la sharía en el norte del país.
- Numerosas guerras y guerrillas tribales todo a lo ancho y largo del continente. Actualmente, más para el control de las riquezas mineras, que por motivos realmente ideológicos.
- El robo, expolio y corrupción que las élites negras (siendo la ex colonia española de la Guinea Ecuatorial, el símbolo más brutal), pero incluso en los países más "civilizados" y aparentemente democratizados, someten a las masas analfabetas. Y las grandes corporaciones blancas que se benefician de ello y lo promueven (post-colonialismo salvaje).
Coronel Von Rohaut
(*) De verdad que no necesitan la ayuda del Juan Carlos, Rey de España. No solo la inacabable "caza furtiva" de elefantes, rinocerontes e hipopótamos, por el marfil, sumada al avance del hombre que reduce cada vez más los hábitats salvajes (gorilas de montaña, chimpancés, etc.) si no también las guerras y sangrientas revoluciones, están diezmando la flora y la antes magnífica fauna africanas. Si Dios no lo remedia y no parece que esté por la labor (por cierto ¿está para algo?).
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