Casi todo me separa del pepero alcalde de Badalona. Desde cierta ideología hasta, sobre todo y muy principalmente, su españolismo centralista.
Pero me levanté, solo en casa, y aplaudí, al escuchar que había prohibido (*) que los putos moros, que en Badalona son numerosos y casi tan dañinos como los gitanos rumanos, ocupasen las vías públicas para, alineados de cara a la Meca y agachados con el culo en pompa en medio de las calles y plazas y cortando la circulación, interrumpieran la vida ciudadana para sus rezos (500 cada viernes y hasta 2.500 durante el Ramadán):
- Porqué en sus putos países a los cristianos no nos permitirían hacer ostentación de nuestras creencias y en muchos ni siquiera construir iglesias ni capillas para rezar en la intimidad.
- Porqué molestan y su visión ofende nuestra cultura y nuestras costumbres, mucho más civilizadas.
- Porqué si no quieren integrarse y quieren preservar sus hábitos, desagradables y retrógrados, que se vuelvan a sus países de mierda.
(*) Les ofreció alquilarles un local, pero no quieren pagar. Y a los "progres" que le critican les ha dicho, con toda la razón, que se los lleven a rezar a la puerta de sus casas...
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