En mi adolescencia y como todos mis amigos, estábamos locos por los grandes coches americanos, los llamados entonces y en España, "haigas".
Uno de los más elegantes era el Cadillac Coupé de Ville del año 1952 de la foto de arriba. O su versión descapotable.
En los años 60/70 posiblemente los coches fabricados en Detroit, pura chatarra en su mayoría, alcanzaron su máximo gigantismo: como ejemplo, el Buick Riviera de 1968 de la foto central, cuya característica más evidente es que en su capó casi podía aterrizar un avión. Parecía más la cubierta de un portaaviones que un coche de ciudad.
En los años 80 Cadillac lanzó al mercado la segunda generación de su modelo Seville, con un maletero claramente inspirado en el Rolls Royce Phantom IV de los años 50. Si bien el americano, más moderno, era más estilizado. Imagen de abajo.
En mi opinión, un coche de lujo actual, con el "look" del Seville de los años 80 que a mi siempre me gustó mucho, todavía sería vigente. Claro que sobre gustos no hay dis-putas...
En mis viaje a los USA todavía coincidí, si bien ya en clara regresión, con vehículos de gran tamaño. Por ejemplo, los taxis de Nueva York eran clásicos taxis de Nueva York.
En las películas modernas y reportajes actuales sobre América, por los coches que circulan por las calles y si no fuera por los de la policía y las "limousines" de los millonarios (si bien la mayoría van en "Mercedes"), podrían pasar por calles europeas.
Ya nada es lo que era.
Coronel Von Rohaut
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