Los submarinos nucleares de ataque franceses, que son los más pequeños de su categoría dentro de las limitadas flotas mundiales de dichos navíos, tienen un protocolo de mantenimiento bastante complejo.
Cada cuatro meses y al regreso de una de sus misiones en el mar (¡de 4 meses cada una y, de ser necesario, sin salir a la superficie!) cada submarino pasa una revisión de 5 semanas de duración (IE o indisponibilidad por mantenimiento), después de las cuales vuelve estar disponible para salir al mar.
Cada tres años y medio son puestos en dique seco para una revisión de 6 meses (IEP o indisponibilidad por mantenimiento prolongado), que cuida especialmente de las condiciones de seguridad en inmersión (casco, tuberías, etc.).
Cada diez años o 120 meses (IPER o indisponibilidad periódica para mantenimiento y reparación), los buques, en dique seco, sufren un gran carenado de entre 16 y 18 meses y son totalmente vaciados de su contenido, que se repasa a fondo y se introducen las modernizaciones que hagan falta, unas 2, más unas 200 modificaciones. Se desmonta y repasa toda la piel o superficie del casco de placas cerámicas anaecoicas absorbentes del ruido (para una navegación más silenciosa y para evitar la señal detectora del sonar). Y se sustituye el combustible o material radiactivo del motor nuclear, bajo unas estrictas normas de seguridad.
La vida practica de un SNA francés se estima en unos 35 años.
En el 2017 se espera la puesta en servicio del "Suffren", el primer submarino de la nueva clase "Barracuda" (de los 2 en construcción) y que sustituirá al "Rubis", el más antiguo de los 6 actuales y en las imágenes.
En el 2027 tiene que haber terminado el relevo de todos los 6 en servicio por la nueva clase más grande y poderosa, si bien seguirán siendo algo más pequeños que los americanos de la actual y moderna clase "Virginia", de los que 9 están en servicio y sustituyendo a los envejecidos "Los Angeles". Se planea un total de 30 unidades.
Coronel Von Rohaut
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