martes, agosto 07, 2012

"La Consulaire"


Cuando en 1830 los franceses ocuparon Argel, un cañón de bronce de 7 metros de largo y un peso de 12 toneladas, el mayor todavía existente en aquella época y que podía disparar a casi cinco kilómetros, protegía la entrada del puerto.

Tomado por los franceses, se lo llevaron a Brest, como trofeo de guerra de la Marina, transformado en una columna y que permanece en medio del puerto, como símbolo o monumento.

Dicho cañón había sido fundido en Argel (nido de piratas) por un artesano veneciano en 1542. Lo llamaban "Baba Merzoug" pero los franceses rebautizaron la pieza artillera como "La Consular" ya que, en dos ocasiones y ante la amenaza de la flota francesa, los argelinos habían atado al cónsul francés de entonces, uno de ellos un misionero católico, en la boca del cañón y, al dispararlo, lo habían convertido en picadillo; estos putos piratas sarracenos siempre tan creativos a la hora de matar, si bien lo suyo y tradicional ha sido siempre el degollado.

Ahora las autoridades argelinas lo reclaman por vía diplomática.

Si tuviera que contestar yo su demanda de "recuperación histórica" lo haría atando a su boca al actual embajador de Argelia en París, y dispararía...

Coronel Von Rohaut

(PS) Apañados estaríamos los occidentales si tuviéramos que devolver todos los trofeos de guerra de 20 siglos de historia; en Londres y en París no quedaría casi nada... Aparte que muchos han estado mejor conservados en nuestros museos que si se hubieran quedado en sus zarrapastrosos países de origen...
¡Anda y que les den!

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