Más de 12 policías investigados por la IGPN, la policía de la policía o "asuntos internos", han sido detenidos y el ministro del Interior de Francia, Manuel Valls ("culé", de origen catalán y nacido en Horta/Barcelona) ha disuelto todo un equipo (más de 30 inspectores) de la Brigada Anti-Criminalidad del barrio Norte de Marsella (*).
Acusados de robar droga y de extorsionar a camellos.
No es la primera vez que la policía se vé incriminada en actividades de corrupción y de competir con la delincuencia a la que se supone ha de perseguir. Es habitual que policías practiquen el proxenetismo o se dediquen a labores de "protección". Pero a veces les cogen y salen en los medios de comunicación.
Aparentemente, no se dan casos parecidos en España o, por lo menos, no es habitual leer noticias de policías o guardias civiles detenidos (excepto, de vez en cuando, de guardias corruptos de servicio en la frontera de Andorra...).
¿Es imaginable que en España no ocurra nunca nada o que nuestros bravos policías y valientes y esforzados guardia civiles sean los más honrados de toda Europa y nunca cometan ningún delito ni tengan ningún desliz ni se dejen untar, sobornar, pervertir ni corromper?
¡No, no es imaginable! ¿Entonces...?
Coronel Von Rohaut
(*) Proporcionalmente a su población, la ciudad (y no de ahora si no de casi siempre) con más bajos fondos, índice de criminalidad, bandas mafiosas y, actualmente, porcentaje de ciudadanos inmigrantes, especialmente argelinos, de toda Francia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario