En Barcelona se acondicionó la Estación de Sants que es poco más que una estación de pueblo grande, sin ninguna gracia arquitectónica, y se planeó, ex-novo, la Estación de La Sagrera (**) que en su día tendría que haber sido la gran estación de partida del TGV hacía Europa.
Las de Madrid las pagó el estado (como es habitual) mientras que en Barcelona se estudió que La Sagrera se pagara a través de las plusvalías obtenidas con la venta de pisos y locales comerciales levantados en terrenos propiedad de Renfe en la zona que se iba a urbanizar encima de la estación. O sea y como siempre, que nos lo pagáramos nosotros, los catalanes...
Con el final traumático de la burbuja inmobiliaria el plan se fue a tomar pol culo y las obras han estado paralizadas durante varios años y a través de varios gobiernos. Ahora la ministra Pastor, que nos quiere mucho, lo ha desencallado pero:
- Tiene que seguir siendo financiado, en parte, por la sociedad civil catalana, mediante el arriendo, por adelantado, de la zona comercial de la estación.
- Como que esto será insuficiente y el gobierno central no quiere poner más de medio duro, el proyecto se ha redimensionado a la baja. La ministra ha dicho que los tiempos no están para lujos (***) o sea, nos construirán un triste apeadero y gracias. Y el alcalde y el Conseller del ramo se la han envainado; o esto o nada...
Coronel Von Rohaut
(*) O Santa Justa en Sevilla y Joaquín Sorolla en Valencia (en la imagen), etc.
(**) Yo siempre he mantenido que hubiera sido preferible, costase lo que costase su adaptación y playa de salidas de vías, acondicionar la bellísima e histórica Estación de Francia, como en París han hecho con la Gare de Lyon, Gare du Nord y demás glorias arquitectónicas y ferroviarias de la industrialización.
(**) Eso sí; en Orense, esta gran plaza financiera e industrial de Galicia, la estación del AVE la ha proyectado el Norman Foster y solo el plano ya ha costado un huevo.
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