Un analista francés recuerda que en 1994, Ucrania había rechazado o renunciado voluntariamente, a la parte de las armas nucleares que le correspondía tras el reparto de las fuerzas armadas soviéticas.
Lo hizo tras la firma, por parte de Rusia, del Tratado de Budapest, por el que se comprometía a respetar su integridad territorial a cambio de su renuncia al armamento nuclear. Veinte años después, Rusia le ha arrebatado, impunemente, una parte de su territorio, la Crimea (que, en este ejemplo, no importa que fuera de origen ruso...).
También el Irak de Sadam, primero, y la Libia de Gaddafi después, renunciaron (en este caso no voluntariamente si no por la fuerza) a su desarrollo nuclear. Y unos pocos años después, el ejército americano y la NATO, se lanzaban contra ellos y les daban el golpe de gracia.
Por esto algún dictador que quiere morir en su lecho, como el norcoreano, o países que se sienten amenazados, como Pakistán e Israel, se niegan a renunciar a sus "bombitas" atómicas.
Y por la misma razón y aparte de los costes difícilmente soportables, Francia (y el Reino Unido), no quieren abandonar el club restringido de Potencias Nucleares al que pertenecen los USA, Rusia y China.
Aviones "Tornado" de Alemania e Italia, así como caza-bombarderos "F-16" de Bélgica y Holanda van a ser adaptados, según noticias aparecidas, para poder llevar y lanzar, eventualmente, las bombas termonucleares de caída libre B-61 (imagen de encima), recientemente modernizadas por el Pentágono. Pero analistas se preguntan si estos países podrían utilizar este armamento nuclear para sus propios intereses nacionales y soberanos, y fuera de la complacencia previa de la NATO, de obediencia cien x % americana...
Coronel Von Rohaut
(PS) En las imagenes superiores, la Fuerza Oceánica Estratégica francesa de disuasión nuclear compuesta de 4 sumergibles nucleares lanza-missiles de cabezas termonucleares múltiples.
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