Pero según parece y han confirmado voces autorizadas, la dependencia y subordinación francesa de los americanos sigue siendo absoluta ya que, si bien una vez han levantado el vuelo de la base, los "Reaper" comprados por los franceses (ahora tres) son pilotados y operados tácticamente por pilotos franceses (que fueron entrenados en los USA como, en su día, italianos y británicos), las operaciones de despegue y de aterrizaje (y no solo las de mantenimiento mecánico en tierra como se había dicho en un principio), han de ser forzosamente realizadas por personal americano especializado ("contractors") enviado a Africa por el fabricante y bajo directivas del Pentágono USA. O sea, los americanos vendedores conservan el control total del uso de los "Reaper" y pagados por los franceses pero que, para cualquier misión a llevar a cabo, requieren la autorización o visto bueno de las autoridades USA, que la pueden abortar o denegar (sencillamente, no dejándolos despegar...).
¿Un poco humillante, no? Es lo mismo que les ocurre a los británicos con su arsenal de disuasión atómica como los "missiles" de los submarinos nucleares de la Royal Navy, que no son de diseño y tecnología propia como los franceses, si no con licencia americana (o sea, más baratos y rápidos de obtener, pero supeditados al permiso del "jefe"...).
Coronel Von Rohaut
(PS) Y al hecho de preferir drones desarmados debido a la prevención moral, por parte de los franceses, de no querer matar a ningún enemigo mediante una máquina desde el aire sin capacidad de decisión humana, lo que puede conllevar víctimas colaterales por errores de apreciación lejos del objetivo, varios analistas franceses se preguntan qué diferencia hay entre un drone americano que detecta un posible terrorista y le larga un missil "Hellfire" disparado por alguien que pilota desde miles de kilómetros y que se puede equivocar, con un drone francés que detecta al mismo objetivo (y con el mismo posible error de apreciación) pero se limita a enviar la información radiada a un centro de mando, con su localización de GPS. Cuyo mando se apresura a enviar una patrulla de 2 "Rafale" desde alguna base aérea mas o menos cercana, poderosamente armados con bombas guiadas y que se las largan al mismo moro y le dejan frito, con la misma posibilidad de error. Y que a un piloto de caza-bombardero que llega sobre el objetivo cagando leches a cientos de kilómetros/hora y dispone de poco tiempo para permanecer sobre el objetivo, tampoco se le puede exigir que, en fracciones de segundo, decida si se trata de un terrorista peligroso o bien un contrabandista del desierto o un pobre diablo o pastor de cabras que se ha sentado a descansar cerca de un vehículo abandonado.
El riesgo de "victimas colaterales" es similar, solo que los franceses habrán tardado más en reaccionar (con lo que el objetivo puede haberse esfumado), y a un coste muy superior, ya que los turboreactores de los cazas tragan combustible que te cagas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario