Ayer fui, con unos amigos de toda la vida, a ver una exposición que termina este mes de octubre y montada con fondos del Museo Thyssen de Madrid.
Instalada por la Organización Carmen Thyssen en un bonito monasterio del centro de Sant Feliu de Guixols, bien restaurado y que resulta un museo pequeño pero coquetón y bien montado, la muestra anunciada es un engaño, una estafa o engañifa de la que la señora baronesa y su organización comercial viven, ya que cobra entrada (*).
Habían algunos cuadros de pintores impresionistas catalanes (algunos del fondo propio del museo) que no estaban mal pero, de los dos genios utilizados como gancho en el título de la muestra: "Un mundo ideal de Van Gogh a Gauguin", tan solo había un cuadro, uno solo, de cada uno de ambos maestros, y de una época inicial y que para nada tenían ni el trazado ni el color de sus obras más emblemáticas.
El objetivo básico de la excursión a Sant Feliu, que era la de estar con mis amigos, quedó ampliamente cubierto; pero la excusa cultural fue una añagaza en la que supongo habrán caído muchos bobos como yo...
Coronel Von Rohaut
(*) La señora baronesa que, según cuentan malas lenguas vivió, y muy bien, de chuparle la polla al borracho de su marido, el barón Von Thyssen del que dicen que ya desde primera hora de la mañana iba borracho hasta el culo de "Kahlúa" o de "Tía María" (licor de café, mejicano y de alta graduación alcohólica), sigue viviendo del cuento como toda su vida; ya desde pequeña fue instruida por su madre en ello...
jueves, octubre 05, 2017
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