jueves, julio 05, 2012

Bankia aquí, Barclays allá


Finalmente y por una denuncia (*), comparecerán ante el juez los tres conocidos "capi maffiosi" Ratone, Acebini y Olivenza, así como otros consiglieri de la gran banca privada del PP valenciano-madrileño, fieles súbditos de la "mamma" Esperanzza Aguirrini.

Pero a pesar que desde hace meses todo el mundo se hacía lenguas del inmenso agujero que tenía Bankia y en lugar de los beneficios que hacía cuatro días había declarado, agujero que está siendo rellenado con dinero público que, al final pagaremos todos, el gobierno del "padrone" Rajolini (y no me refiero a los "rajolins" o hilillos de plastilina con los que jugaba de jóven), se ha venido negando con fé digna de mejor causa, a que los "capi" sean investigados por una Comisione Parlamentaria (**).


Ni siquiera movió ni al Parlamento, ni al Ejecutivo, ni a la Fiscalia del Estado, el hecho que los dirigentes de Bankia hubieran manipulado la valoración de las antiguas Caja de Valencia y Caja de Madrid, para sacarlas a bolsa, venderlas a un precio falsamente sobrevalorado, lo que ha supuesto la estafa a miles de pequeños inversores engañados, uno de los robos del siglo. Claro que los organismo gubernamentales no han movido ni un dedo contra los presuntos y presentidos criminales ya que estos eran "unos de los suyos".


Contrasta brutalmente, vergonzosamente, la pasividad cómplice del gobierno de España, que no es un estado de derecho si no una organización mafiosa, con la celeridad de una vieja y asentada democracia como la inglesa donde, el Presidente del Barclays Bank, que también había realizado un tejemeneje doloso (chorizos haylos en todas partes) y a los dos días (dos, uno y dos) ya estaba firmes ante sus señorías de la Casa de los Comunes de Westminster, dando cuenta de sus jugarretas de ingeniería financiera.


Coronel Von Rohaut

(*) Quizás la única acción digna que, en toda su carrera política, haya realizado la ultramontana  Rosetta Díecini.
(**) Quizás con razón, ojo, pues es de sobra conocido que, en buena táctica parlamentaria y especialmente en España, nombrar una Comisión para que investigue algo es la forma más eficaz que lo investigado pase a dormir el sueño de los justos hasta conseguir que todo el mundo lo olvide. Es el paradigma de la ineficacia, el paroxismo de la ineptitud.

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