Hace pocos días el exaltado presidente de Extremadura puso el grito en el cielo y nos insultó, nos amenazó con el fuego del infierno si los catalanes pedíamos el pacto fiscal (léase Concierto Económico, como el vasco-navarro).
Y el corrupto presidente de Andalucía amenaza que, bajo ningún concepto, los andaluces consentirán que los catalanes disfrutemos de un trato especial.
- Punto primero: los que disfrutan de un trato especial son ellos, que reciben más, mucho más de lo que aportan (*).
- Punto segundo: nosotros, los catalanes no queremos ser ni tener más que ellos y en esto les doy la razón. Las condiciones han de ser iguales para todos. Pero iguales en todo y sin ningún trato especial.
¿A que no tienen cojones de pedirlo?
Coronel Von Rohaut
(*) La solidaridad interterritorial, las subvenciones de las zonas ricas hacía las zonas más pobres, se inventó para reducir las diferencias y que, con el tiempo, los más atrasado recuperasen terreno gracias a las ayudas transferidas. Pero durante unos años y mientras mejoraban.
Después de décadas, los de atrás siguen estando detrás y cada vez más atrás. No han utilizado las subvenciones para crecer si no que se han acostumbrado a vivir de ellas; son una sociedad subvencionada que es una rémora para las más dinámicas, cuyos recursos drenan y malgastan. ¡Ya basta, coño!
No hay comentarios:
Publicar un comentario