Pobres diplomáticos españoles (y habitantes en general de la España castellana), ignaros, incultos, burdos, toscos, lerdos que no tienen ni rapajolera idea de la historia de su país y, para combatir (con mentiras y falacias, claro) las razones, cargadas de historia y de datos objetivos, de Catalunya para reclamar su independencia de España, han de recibir de su jefe, el señor Margallo, un "argumentario" de 200 páginas llenas de falsedades (*).
Entiendo que el señor Margallo es conocedor de las limitaciones de sus empleados que, faltos de toda fé en la propia existencia de esta entelequia que es España, sin ninguna explicación racional, ni siquiera para si mismos, sobre la pervivencia de este engendro castellano, artificial y artificioso, basado en la ocupación y saqueo permanente de otros territorios por la fuerza bruta militar, huérfanos de una auténtica convicción ni esperanza sobre el estado corrupto al que tienen que defender y justificar, les ha tenido que facilitar un manual o libro de instrucciones para poder transmitir al extranjero su visión sesgada de la verdad y combatir las explicaciones, pacíficas y razonables, del gobierno catalán.
Pero, de momento, lo que sí ha conseguido es que, precisamente en el extranjero, sepan ahora que el gobierno español está acojonado por la campaña catalana. Que la pretensión catalana de disponer de un estado y gobierno propios, existe y es de temer.
¡Temblad, malvados...!
Coronel Von Rohaut
(*) Por ejemplo, cuando dice que con Catalunya no hay Déficit Fiscal o que éste no es un expolio, si no que es "solidaridad".
¡Pero hijo de la gran puta! Que todo el mundo sabe que cuando la "solidaridad" no es ni voluntaria/aceptada ni siquiera entendida y encima es altamente excesiva e injusta, no es "solidaridad" (que, siempre, ha de estar limitada en el tiempo) si no expolio, robo, latrocinio, saqueo brutal.
martes, diciembre 31, 2013
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1 comentario:
Creo que son ustedes los que tienen el ego muy crecido. Creo que son ustedes los que no conocen su propia Historia, ni siquiera la más próxima.
Sobre la temible incompetencia del Servicio Diplomático es conocida pero no sólo en España.
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