Que en Madrid se votó un decreto que abría paso a que, unos meses más tarde, naciera la "Mancomunitat de Catalunya" o simple federación (antes prohibida, claro) de las cuatro Diputaciones catalanas, bajo la presidencia de Enric Prat de la Riba.
Que permitió a Catalunya, antes ahogada, dar un gran paso adelante: se crearon algunas estructuras de estado, especialmente en infraestructuras, enseñanza/educación y sanidad/servicios sociales. Pero que pronto el gobierno de Madrid (los nicetos alcalá zamora, mauras, romanones y demás purria españolista) frenó y puso trabas y limitaciones.
Como ahora cien años después (*), todo eran "noes": a la lengua, a la hacienda propia, ni diálogo, ni hostias en vinagre. Y como ahora, empezaron los "boycotts", los "no se recibe a los viajantes catalanes", "no se vende genero catalán", etc., y las trabas a que Cambó fuera recibido en París por el ministro de asuntos exteriores francés (que tampoco hubiera servido de nada ya que Francia comparte interese centralistas con España).
Fue un gran paso adelante que, años más tarde, un "espadón", el general Primo de Rivera se cargó, antes que otro "espadón", el Franco, volviera a arruinar a sangre y fuego. ¿Qué ilustre "espadón" nos enviarán ahora? Quizás ninguno; ahora ya les basta con estrangularnos, un poco más, económica y fiscalmente.
¡Qué gran mierda es convivir con los castellanos!
¿Puede alguien extrañarse que nos queramos independizar, largarnos con viento fresco y a toda vela de esta cloaca inmunda y corrupta, atrasada y retrógrada, centralista e integrista, ultranacionalista castellana llamada España?
Coronel Von Rohaut
(*) Qué pena, para España, que nunca haya nada nuevo bajo el sol. Que todo siga siendo inmovilismo cultural, político-social y científico. Que todo siga igual, de mal...
"¡Amb aquesta gent, tant ufana i tant superba, mai ferem rés de bó!".
¡Adéu Espanya!
miércoles, diciembre 18, 2013
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2 comentarios:
La Mancomunidad, por favor mi coronel, no tenía ni el 10% de las competencias de que ahora goza Cataluña. Sí supuso un freno para el desarrollo económico de la región, que creció (económicamente) siempre más bajo dictaduras centralistas: la de Primo de Rivera y la de Franco.
Precisamente con poquísimas competencias y sin Hacienda propia (que le negaron) tuvo grandes logros: llevó la red telefónica a todos los pueblos alejados de Catalunya (donde no llegaba) y precisamente, cuando se creó la telefónica nacional y monopolística, ésta se quedó la red que había pagado la Mancomunitat. Mejoró las obras públicas, que estaban abandonadas. Puso bibliotecas publicas (con rotaciones de libros) en el máximo de pueblos, creó un servicio sanitario de "maternidades" para dar facilidades a los partos de la mujeres obreras, mejoró la "escuela catalana" que, en su tiempo, era de las más progresistas y pedagogicamente avanzadas del mundo (la Escola del Mar, la Escola del Bosc, etc. que fueron desarrolladas durante la República).
Es posible que, para las dictaduras militares o de derechas y ultraconservadoras, la educación y la sanidad y los adelantos científicos y culturales del pueblo tuvieran poca importancia.
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