Pero la gran diferencia entre mis "Sauternes" y el "Chateau d'Yquem" o champán "Roederer" del señor Blesa, es que yo me lo pago de mi bolsillo (o me invita mi yerno), mientras que el gran chorizo madrileño (que al juez, que lo quiso meter en la cárcel por estafador, el gobierno amigo lo destituyó...) se lo tomaba de gorra, inmoralmente cargado a la cuenta de la Caja (mientras los impositores/clientes de la entidad financiera iban siendo debidamente estafados...).
Ya lo dice la Constitución Española, ésta que tan a menudo los políticos castellanos nos refriegan por la cara a los catalanes: que todos somos iguales. Pero, de siempre, unos son más iguales que otros y, sobre todo, unos (los componentes de las élites castellanas) son mucho más hideputas, chorizos y sinvergüenzas (**).
Coronel Von Rohaut
(*) El "champagne" Roederer Brut Cristal, además de su calidad intrínseca tiene, como signo distintivo que, hasta el final de Primera Guerra Mundial, era desconocido del gran público, incluidos los más ricos y grandes de esta tierra, ya que, cada año, toda la cosecha entera era adquirida por el Zar de Rusia, al que se la reservaban en exclusiva para su consumo particular y el de su Corte; como yo ya había explicado aquí en alguna ocasión. No tiene mal gusto, no, el chorizo del Blesa, amigo del Aznar...
(**) Y que no me hablen ahora de la minucia del "Caso Palau"...
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