Y se conmemora el "día del libro", con la excusa de celebrar el nacimiento de William Shakespeare y, mas o menos, también de Miguel de Cervantes. Y ello me lleva a la siguiente reflexión, debidamente meditada.
Y es que la gente, mayoritariamene y sobre todo en España, país donde el nivel cultural es francamente mejorable, no sabe leer.
Ni escribir ya que la tasa de faltas ortográficas y sintáxicas es escandalosa. Pero leer, muchos creen que lo hacen: resiguen las palabras en los libros, cartas y artículos periodísticos, las deletrean pero no las identifican, no las entienden ni mucho menos las sitúan en su contexto. Son lo que se conoce como analfabetos funcionales y los hay a miles...
Yo, y quizás la culpa es mía por no juntar debidamente las palabras, muchas veces escribo lo que quiero decir y creo haber dicho exactamente lo que he pensado y meditado previamente. Creo haberlo expresado, explicado correctamente pero me encuentro que alguien que lo ha leído, lo ha entendido al revés. O, sencillamente, no ha entendido una puta mierda...
Cuando estudiaba psicología (dentro de un máster de marketing) y como un elemento fundamental de la publicidad, el profesor nos hacía jugar a aquello que en catalán se conoce como "el joc dels disbarats" y que consiste en preguntarle algo, a la oreja, a tu compañero de la derecha y recordar lo que te ha contestado, éste lo repite a su vecino y así correlativamente a lo largo de un corro de personas (que en este caso eran de un nivel parejo). Cuando la respuesta a tu pregunta te regresa a tu oído a través de tu compañero de la izquierda, y despues de haber dado toda la vuelta, habitualmente no se parece en nada a la que tu habías lanzado al ruedo; y con un resultado altamente jocoso.
El ejercicio ponía en evidencia los problemas de la "comprensión"; problemas que se dan tanto en la comprensión oral como, y esto debería parecer más raro, en la escrita o leída... Hasta la "percepción visual" puede verse, muchas veces, comprometida en su transito entre el ojo y el cerebro. En realidad no ves lo que ves si no lo que crees haber visto...
Si, además, entre el emisor y el receptor del mensaje, oral o escrito, hay una diferencia o desnivel cultural, de formación (educación) y ambiental o social, que te entiendan puede llegar a rozar el milagro... Y, en publicidad, que el mensaje se entienda correctamente es primordial para que surja su efecto.
Y a San Jorge me encomiendo y bajo su manto protector me refugio, y que ojalá me entiendas. Que estés o no de acuerdo conmigo, esto ya "son figues d'un altre paner" o sea, esto es harina de otro costal, o este ya es otro cantar... que dicen los castellanos.
Pero aún que no lo entiendas todo, esfuérzate y lee, coño, que el saber no ocupa lugar y desasnar a la gente es una obligación cristiana como aquello de dar de comer al hambriento y dar de beber al sediento.
Coronel Von Rohaut
(PS) Y con el regalo de una rosa a la mujer amada, se celebra simultáneamente el "día de los enamorados" (en Catalunya: que celebrar el día de San Valentín, costumbre norteamericana, en España fue una implantación de "El Corte Ingles"...).
¡Un libro y una rosa, qué conjunción tan romántica, sensible y civilizada!
miércoles, abril 23, 2014
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