Cada día, en los medios de comunicación, veo mayor demanda de permisos por paternidad en el momento que un matrimonio (unión familiar de un hombre y una mujer)(*) alumbra a un hijo (que, de acuerdo con el género gramatical neutro, puede ser tanto un hijo varón como una hija hembra, sin que sea necesario cambiar la forma de la palabra).
Lo que yo, bendito de mí, ignoraba totalmente, es que ahora los hombres también tuvieran tetas y pudieran amamantar a sus retoños. ¡Bravo por los "tíos", cada día más liberados de falsos prejuicios e ideas preconcebidas!
Tendré que empezar a cambiar mi entendimiento de los roles masculino y femenino en el seno de la sociedad humana, y olvidando lo fijado por la madre naturaleza.
Naturaleza que antes era sabia pero que ahora, por lo visto, es una puta mierda a la que hay que cambiar y desnaturalizar...
Coronel Von Rohaut
(*) Lo "otro" puede ser un contrato civil de convivencia inter-pares (o lo que se prefiera); pero jamás un matrimonio.
¡No prostituyamos el lenguaje, que ya bastante dificil es hablar bien, coño!
Y ya sé que este combate lo tengo perdido.
domingo, agosto 16, 2015
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