Ni Europa (ni Catalunya, ya no digamos...) puede acoger y dar comida, refugio y trabajo a todos los pobres y miserables del tercer mundo cuando, trabajo, ni tenemos para todos nosotros (y menos que habrá) y siempre se me enseñó que la caridad bien entendida empieza por uno mismo...
Quitarte la comida de la boca, limpiar a los leprosos y entregar tus ropas a los pobres es cosa de santos. Pero la mayoría no lo somos y a nadie de le puede obligar a comportarse como un santo, ni a un cobarde actuar como un valiente...
Pero lo que tengo claro es que poner fosos y vallas, dejar que se ahoguen en el mar, echarles los perros y multiplicar los guardias fronterizos en Grecia, Italia, Macedonia o en el Pas de Calais, no puede ser, y no es, la solución.
La solución podría o debería ser ayudar a arreglar sus países de origen y que no tuvieran que emigrar por hambre ni exiliarse por guerras. Que no tuvieran que venir; que se quedaran en sus países, y todos saldríamos ganando (que yo hasta devolvería a los que ya tenemos aquí y que, como los moros y sarracenos, ni se integran, ni lo intentan, ni lo desean).
¡"A contrario sensu", pretenden que seamos nosotros los que cambiemos! (*).
Pero no, no me preguntes cómo.... y si no se hace es que debe de ser muy dificil...
Coronel Von Rohaut
(*) Mira si algunos serán idiotas o malvados (o las dos cosas) que, habiendo tenido que marchar de sus países por no tener ni presente ni futuro y encontrarse con que aquí si que vivimos (relativamente) bien, nos quieren hacer adoptar los hábitos salvajes (jurídicos, religiosos, supersticiosos y de costumbres) que dejaron allí.
¿Para que caigamos todos en la miseria que allí crearon...?
No, hijos, no. antes les mandamos a la mierda...
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