En la nueva República Catalana, una sola lengua oficial; la propia y original del país, la catalana, que tanto costó rescatar (*).
Todos aquellos que defienden, tanto para el nuevo país independiente como para ahora mismo en nuestra vida diaria, la puesta en practica del bilingüismo catalán-castellano (o el eufemístico trilingüismo, con el inglés añadido para disimular), saben perfectamente que el bilingüismo perfecto y paritario no existe. Que los humanos tenemos una sola lengua propia y la otra es adquirida o sobrevenida (y muy bienvenido sea, para la vida moderna y laboral, el aprendizaje del inglés).
Y que, siempre, una acaba por comerse a la otra, si no se la defiende con uñas y dientes y con "discriminación positiva" hacía la más débil. Porqué la más fuerte (que no hay duda que, aquí y ahora, es la castellana) es la que se come a la más débil y, seguramente, esto es lo que, a la larga, defienden estos malnacidos y ultranacionalistas españoles que solo buscan, por cualquier camino, nuestra asimilación.
Coronel Von Rohaut
(*) Con todos los apoyos y reconocimientos a la hermosa lengua castellana, que es la materna de muchos habitantes de Catalunya y merece un respeto. Pero solo esto.
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