- Una realización que escondió las banderas "estelades" de la grada donde estaban los seguidores "culés" a la que no enfocó para nada. Solo se veían los sevillistas...
- Una pitada, que existió, ahogada por el himno a todo trapo y que el realizador de la tele escondió.
- Un protocolo que no acabo de entender; los presidentes de los dos clubs que competían y que, a mi modo ver, deberían haber estado a ambos lados del monarca que presidia, ni se les veia de tan alejados...
- Pero ganamos, una vez más, la Copa e hicimos, una vez más, "doblete".
- Con un Piqué imperial en la defensa y que acudía a todo, especialmente cuando el maldito arbitro madrileño (*) expulsó, injustamente, al Mascherano que es el que acostumbra a hacer el papel más dificil de "barrendero".
- Un Messi que ya no corre como antes pero que sigue teniendo una visión global del juego y pasa de maravilla. El hizo las dos asistencias de gol.
- Un Iniesta que pareció revivir de sus cenizas (ya no es un niño) e hizo varias maravillas de las suyas, danzando y flotando sobre la pelota con su elegancia innata y dejando sentados a sus marcadores.
- Y ganamos a un Sevilla que jugó bien y no nos regaló nada. Pero le ganamos más que con florituras, partiéndose el espinazo hasta el final. Como el Neymar, que no consiguió grandes jugadas pero corrió como alma que lleva el diablo...
Coronel Von Rohaut
(*) Que mira si llegó a ser malo que hasta el buenazo del Iniesta se cabreó como un mono ante sus decisiones y falta de contundencia en pitar las faltas, no duras pero si continuadas, de los sevillistas.
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