El follón armado por el Benach, Presidente de la Cámara Catalana, que se ha gastado un pastón en cuatro chirimbolos (*) añadidos a su ya suficientemente lujoso cochazo oficial, quizás esconde la magnitud del problema, en el que yo vengo pensando ya desde hace tiempo.
Porqué hasta me parece bien que, por la dignidad y estatus del cargo, el Presidente de la Generalitat (cómo el de Gobierno en España) y el de la Cámara, que es la segunda autoridad, en rango, de Catalunya, vayan en un coche respetable. Y fue Jordi Pujol quien, perspicaz, decidió optar por el Audi, excelente pero menos popularmente aparatoso que el clásico Mercedes.
Pero hoy leo en la columna de mi admirado Marius Carol en La Vanguardia que, sólo en España, hay tantos coches oficiales cómo en todos los Estados Unidos de América, con una población seis veces superior y con 50 estados federados que, cada uno, tienen su propio Gobernador (Presidente), su Cámara, etc.
Claro, pero es que en España, todos los ministros, secretarios, sub-secretarios, directores generales, etc., van con su coche con chófer a cargo del estado. Y en las ciudades, no sólo el alcalde (lo que puede ser aceptable en el caso de grandes capitales) va en coche oficial con chófer si no cualquier mindunguis de concejal e incluso muchos cargos subalternos, a la que tienen alguna responsabilidad de gobierno. A este respecto recuerdo perfectamente que al entierro de un amigo mío, una amiga común que trabajaba en el Ayuntamiento de Barcelona, cuyo esposo era Director General en un Ministerio de Madrid pero ella colaboraba en el ayuntamiento cómo simple asesora o contratada de confianza, se presentó en coche oficial y chófer; nos comentó que procuraba no utilizarlo nunca para temas personales y la creí pues era persona de probada honradez y ética, pero que aquel día lo había cogido porqué tenía prisa. De acuerdo, pero ¿porqué coño tenía derecho a disponer de coche oficial?
Ya se que son simples películas pero en el film "Trece días", en el que Kevin Costner interpreta el papel de asesor principal del Presidente Kennedy durante la crisis de los "missiles" de Cuba, éste se desplaza entre su domicilio y la Casa Blanca conduciendo su coche particular. Y en la serie televisiva "JAG", el almirante que hace el papel de Director del Judge Advocate General Corps de la US Navy o sea, Auditor General de la Armada, también circula en su coche privado. ¿Alguien puede dejar de imaginarse cómo circula de tieso y envarado, en su coche oficial con chófer, el español Auditor General? Y a lo peor, hasta el ordenanza del ministerio dispone de su coche oficial, porqué en España somos la rehostia...
Cómo también esta mañana he oído cómo se quejaba el ex dirigente de una Asociación de Víctimas del Terrorismo, una asociación civil y privada, porqué el Ministerio del Interior le había retirado los escoltas o guardaespaldas. ¿Pero qué santos cojones se ha creído que es este sinvergüenza? Ni siquiera cuando era el titular y no "ex" cómo ahora le hubiera puesto yo escoltas policiales oficiales y gratis. Si tenía miedo de ser agredido por la ETA, que no se hubiera dedicado a insultarles o que se pusiera escoltas privados pagados por él...
Muchos directores de grandes bancos y empresas multinacionales, van en coche de la empresa con chófer y/o guardaespaldas. Cómo, creo, el Presidente del FC Barcelona, el Laporta. Pero a su cargo o a cargo de su empresa, club, asociación, etc. Y ya se lo harán. No tengo nada a decir. O cómo el Presidente de una gran empresa catalana que muchas mañanas pasa por mi casa con su coche oficial con chófer, para recoger a su nieta y llevarla al colegio; claro que me molesta un poco, pues también lo pago yo, cada mes, al pagar el recibo del gas. Pero no son dineros públicos.
Y tengo entendido que, en España, son cientos las personas, políticos o no, periodistas, personalidades de un cierto nivel y relevancia que, sólo por serlo y planear sobre ellos una difusa, vaga, difuminada, explicita o generalizada amenaza, gozan de protección policial con muchísimos profesionales, necesarios en otros sitios y cometidos, dedicados a hacer de escoltas o guardaespaldas. No señor, no hay derecho. ¡ Lo hacen con mi dinero y me lo están robando, cabrones, hijos de la gran puta !
En muchos países, ni los ministros tienen protección especial pero aquí, si no llevas escolta, parece que no eres nadie. Pues que se la paguen.
En Suecia, una vez un loco mató al Primer Ministro que, sin guardaespaldas, salía de un cine. Mala suerte; pero esto pasa una vez cada equis años y todo el mundo está expuesto. A veces, el riesgo va incluido con el cargo y en el sueldo. Y hasta a mí me puede caer un tiesto en la cabeza y no por ello voy a pedir que el gobierno me ponga a un señor que me acompañe con un paraguas...
Coronel Von Rohaut
(*) Y que no tiene ninguna relevancia ya que, dentro del presupuesto general, representa el chocolate del loro. Pero es por el ejemplo que da un partido que, el día antes, había recomendado que todos fuéramos en bicicleta. ¡ Mamones de mierda !
miércoles, octubre 29, 2008
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