Veo en la prensa la presentación de la campaña de la iglesia española contra la nueva ley del aborto del gobierno Zepero.
Yo puedo estar de acuerdo en algunas limitaciones a la quizás ya demasiado liberal ley española y sólo falta que permitan abortar con el feto todavía ya más adelantado (lo que sí se acercaría al asesinato ya que si bien yo creo que mientras es una célula o un embrión reciente, no tiene nada de "vida humana" ya que "humana", para mí, equivale a "inteligente".) Pero no nos pasemos (*).
Y también encuentro excesivo que las niñas puedan abortar sin permiso de sus familias o sea, sin ningún control ni impedimento, lo que al final nos llevará a permitir que la gente, en España, de tan permisivos y "modernos", vaya follando por la calle, cómo los perros, caso que ya se da en demasiadas ocasiones. Una cosa es que un país sea moderno y liberal, otro que sea guarro, incivilizado y volvamos a la salvaje y cavernaria "horda promiscua"...
Pero lo que me parece mal de esta campaña obispal es utilizar, cómo comparación, al lince ibérico que, más que al borde de la extinción, se puede dar casi por extinguido y aún, cada semana, se mata alguno de los cuatro que quedan en el Parque de Doñana, atropellado por cualquiera de los coches que, impunemente, circulan sín límites por en medio de un parque natural gracias a una carretera que lo cruza (¿donde se habrá visto tamaña salvajada?).
Es cómo si, al criticar que se proteja más al lince que al niño o pedir más protección para el niño (**), se dijera, por pasiva, que es mejor matar al pobre lince. Yo antes prefiero que se carguen al cabrón del obispo...
Coronel Von Rohaut
(*) Por ejemplo, puedo estar muy de acuerdo con la "pastilla del día después". Si bien siempre será mejor prevenir antes...
(**) ¡Ojo! todavía no nacido. Y que no se me entienda mal, pero si el pobre lince está casi extinguido, de crías humanas, la verdad, es que escasez no hay. Y un poco de limitación al crecimiento humano que, para la tierra, es ya una verdadera plaga, no iría mal. La lástima es que los que nos limitamos somos los occidentales mientras que siguen procreando cómo conejos los moros, negros, "sudacas", etc..
Díme racista... me da igual.
martes, marzo 17, 2009
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