Desde el 3 de agosto de 1958 en que, por primera vez, un submarino atómico, el USS Nautilus (llamado así en honor al submarino imaginado por Jules Verne en su obra "Veinte mil leguas de viaje submarino") pasó por debajo de los hielos del Polo Norte, los americanos (y otros como rusos y franceses) no han parado de navegar por aquellas aguas y haciendo superficie cuando así ha convenido.
Y lo siguen haciendo (como en la imágen) ya que, con su poderosa flota de submarinos nucleares de ataque, es con lo que los USA esperan asegurarse su parte del pastel del Ártico, cuyos hielos se están fundiendo y, al abrirse un nuevo paso libre, se acorta en un 40% el tiempo de navegación comercial entre el Atlántico y el Pacífico. Y en el fondo de aquellas aguas se encuentra cerca de una cuarta parte de los recursos naturales mundiales.
Que se repartirán, no a partes iguales, Canadá, Rusia, los USA, Dinamarca y Noruega.
Coronel Von Rohaut
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