Luego, si yo, a quién ya me lo cobran en el total de la compra, no les robo nada, me lo están robando ellos a mí.
Entonces, en virtud de esa moral flexible yo, que soy muy honrado, cada vez que voy a un "super" y realizo alguna compra importante, procuro meterme en el bolsillo algo pequeño pero de valor relativo notable (taquitos de jamón ibérico, etc.).
No es robo y no lo voy a confesar al cura de mi barrio ni me arrepiento de ello; es pura restitución.
Coronel Von Rohaut
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