Siendo, como son, los portaaviones de la US Navy o los "Carrier Strike Groups" que conforman, la auténtica punta de lanza del poder militar USA, la principal herramienta de su política exterior y no solo por su ejemplaridad como "show of force" o de poder de intimidación si no por constituir, también, la primera respuesta a cualquier amenaza, el Pentágono vive un poco aterrorizado ante la posibilidad que un disparo certero se llevara por delante, convirtiera en humeante chatarra y con miles de bajas humanas, un navío de 2 mil millones de dólares la unidad.
Y esto es lo que podrían hacer los chinos con su "missil" en fase de pruebas (en la imagen de arriba, montado sobre camión), el "DF-21", considerado el primer missil 'balístico' anti-buque existente. Pero si bien ya lo han ensayado con éxito, no es lo mismo lanzarlo y comprobar que vuela, si no que impactar en un objetivo en movimiento no es tan fácil, por lo que todavía pasará tiempo hasta que esta arma sea operativa y constituya una amenaza real para los "super carriers" de la armada americana.
Y los "yanquis" ya están trabajando en la forma de responder a la amenaza e inhabilitarla. Preguntado sobre la forma de conseguirlo, el Jefe de Operaciones Navales, el almirante Greenert, ha dicho que se estudia el interferir (jamming) su electrónica, engañarle (spoof) sobre la localización real del buque y, finalmente y lo que todos entendemos más, derribarlo (shoot). Y sobre la prioridad de alguno de estos sistemas, ha respondido que, probablemente, con un "mix" escalonado de los tres durante toda la fase de su trayectoria.
El disparo final para el derribo se haría con el nuevo missil-anti missil, el "SM-3" de Raytheon, de lo que se encargarían los cruceros con el sistema Aegis de defensa contra missiles que se incluirían, durante la próxima década, en los barcos de escolta de cada "carrier strike group".
Coronel Von Rohaut
domingo, marzo 18, 2012
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