A todos aquellos que reclaman a España el Derecho a Decidir yo les he dicho siempre que se equivocan ya que tal Derecho no tengo porqué reclamarlo, pues ya lo tengo, por definición y por Derecho Natural. Lo único que los catalanes debemos exigir de los castellano es la posibilidad física de ejercer tal Derecho; de ejercerlo libremente, poderlo manifestar y acatar sus resultados. Que los españoles, que nunca han sido demócratas, no nos dejan por la fuerza de la coerción.
Ya hace un montón de años, desde su fundación, que la doctrina de las Naciones Unidas estableció que "todos los pueblos tienen derecho a decidir o a autodeterminarse" y, de paso, definió lo que es "Pueblo" dentro del Derecho Jurídico Internacional.
Es un "pueblo" todo conjunto de personas, habitando un espacio natural (mayor o menor) y definido territorialmente. Que tengan una historia y cultura propias y reconocibles, así como, preferentemente, una lengua también propia y distinta de las vecinas.
Catalunya es, indiscutiblemente, un "pueblo". Todos aquellos energúmenos mesetarios que, cuando reclamamos poder ejercer nuestro "Derecho de Autodeterminación", creyendo que hacen una gracia o que demuestran su gran perspicacia y queriendo meternos en un brete, nos preguntan sibilinamente: "¿Dejaríais que los habitantes de Mataró también quisieran ejercer su Autodeterminación?", lo único que exhiben es su tremenda burricia, ignorancia e incultura: porqué Mataró, bajo este aspecto jurídico, no es un "pueblo" si no una población de Catalunya, que no es lo mismo.
El Valle de Arán, que es un pequeño fragmento (el Gascón) de la Nación Occitana, si que tendría derecho. Pero está claro que este sí que no tendría ninguna viabilidad ni política ni económica como país independiente y no creo que sus habitantes votasen por separarse de Catalunya e integrarse en la borrosa Occitania del sur de Francia, ya que saldrían del fuego para caer en las brasas. Puesto que la potente cultura francesa si que ha absorbido, asimilado y ahogado y destruido a casi todas las demás culturas periféricas, cosa que Castilla jamás ha podido con Catalunya (¡por Dios, y mira que lo ha intentado por Tierra, Mar y Aire!), y a los araneses siempre les respetaremos más nosotros que los otros (franceses o castellanos).
Y ahora, este pueblo, el catalán, quiere ejercer su derecho a la autodeterminación y, con toda seguridad y tras votación democrática, con el resultado mayoritario en favor de la secesión de la España castellana (el país que lo venció y ocupó militarmente y lo saqueó en un primer momento, y lo ha seguido expoliando a través de los tiempos), proclamarse como nuevo Estado independiente que regresa bajo la autoridad y amparo de la Europa que le vió nacer, pero voluntariamente y sin tener que pagar ningún peaje a Madrid.
¡Amen!
Coronel Von Rohaut
(PS) En la imagen, Borrell II, Conde de Barcelona y cuarto descendiente de Guifré el Pilós (Wifredo el Velloso) y que rompió el vasallaje con el Emperador franco o Carolingio, Lotario I, siendo el primer soberano independiente de Catalunya.
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