Ciertamente el Principado, por culpa de unos antecedentes medievales de su estructura y filosofía religiosa monolítica, que habían influido en su tradición intelectual secular y que, desde los orígenes altomedievales, llegaban a Joan Lluis Vives, pasando por Ramón Llull, Ramón de Penyafort, Vicent Ferrer, Francesc Eiximenis y Ausiàs March, todo ello soportado por una cohorte de integristas frailes dominicos, se había quedado fuera de las corrientes modernas.
Corrientes de pensamiento moderno que trajeron los Borbones de Francia con sus renovadores jesuitas, que desplazaron las corrientes "tomistas" vigentes hasta entonces. Y que luego quiso renovar, de buena fe, el obispo catalanista Torras i Bages, confiando en el regionalismo y conservadurismo carlista.
Afortunadamente, luego, nos hemos dado cuenta que se puede ser catalán, catalanista, patriota y conservador de nuestros fueros y tradiciones, sin necesidad de ser retrógrado.
Podemos ir tranquilamente hacía la independencia, enarbolando los estandartes de la modernidad y el progreso.
¡Amen!
Coronel Von Rohaut
(Nota) Excelente artículo del historiador Borja Vilallonga (post-graduado en la "Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales" de París), en el periódico "ARA" de hoy.
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