El ex-capitán de la fragata furtiva ligera francesa "Lafayette", investigado tras el suicidio de un suboficial, encargado del comedor o camareta del comandante, ha sido condenado a un año de cárcel, con suspensión de la pena, por "mobbing" o acoso moral y laboral.
No irá a la cárcel, pero esta mancha en su historial militar ya le ha jodido la carrera para siempre. Y me alegro pues debía ser un auténtico cabrón cuartelero. Lástima que, de no haberse colgado la víctima, no se hubiera sabido y no le habría castigado nadie; y de alcanzar más grado en la escala de mando, más hijo de puta, seguro.
Coronel Von Rohaut
sábado, enero 25, 2014
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