Después de haber estado en manos de compañías ("Compañías de Indias") portuguesas, francesas e inglesas consecutivamente, en el año 1765 el gobierno español (o monarquía castellana) le concedió el monopolio del transporte marítimo, la introducción y asentamiento de esclavos negros africanos en las colonias españolas en América a la "Compañía Gaditana de Negros", con sede social en Cádiz la cual, a pesar del gran negocio que ello era en todo el mundo (independientemente de su moralidad), a los pocos años quebró cargada de deudas y el gobierno la tuvo que rescatar con dinero público (hasta que cerró definitivamente).
Ya entonces, y hasta en este "negocio", demostraron los hispano-castellanos lo "cracks" que eran para los negocios internacionales o de ultramar, y como manejaban, para sus amigos, los dineros de los impuestos o tributos...
Coronel Von Rohaut
(PS) En la imagen, un "trapiche" de tracción humana en un ingenio azucarero en Cuba. Cuando, años más tarde, los catalanes fueron, finalmente, autorizados por la monarquía española a establecerse en Cuba y otras colonias (lo que había estado prohibido desde los tiempos de los Reyes Católicos al estar reservado a Castilla, vía puertos andaluces, "el descubrimiento" y su aprovechamiento), la explotación de esclavos en fincas agrícolas (y vuelvo a hacer abstracción de su inmoralidad, crueldad e injusticia), y su transporte, volvió a ser rentable y se crearon grandes fortunas (catalanas) con su comercio. Fortunas que, algunas y al ser repatriadas, dieron lugar a las primeras grandes industrias textiles, no ya artesanas si no mecanizadas y con fuerte aportación de capital (Revolución Industrial de la máquina de vapor).
sábado, agosto 08, 2015
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