Todo y aceptando que los "rosados" espumosos italianos de la Emilia-Romagna, como el "Lambrusco", no solo son baratos si no que no son de gran categoría, en verano y para acompañar platos ligeros son muy fáciles de beber y a mi me gustan.
Ahora leo que también en Catalunya ha aumentado mucho la producción, venta y consumo de vinos rosados (que tenían mala fama ya que, generalmente, se obtenían mediante la mezcla de blanco con tinto y mas bien de poca calidad), que mayormente ahora se consiguen macerando uvas tintas que se dejan muy poco tiempo con su hoollejo, que es lo que les daba el color oscuro.
Un buen vino rosado o un cava o "champagne rosé", es ahora una buena elección, menos pesada que los potentes o poderosos vinos tintos con mucha madera y envejecimiento, que van pasando de moda a pesar de todos los miles de matices organolépticos que poseen y los distintos y complejos aromas que desprenden.Claro que, al final, todo está supeditado al tipo de manjar o comida a la que han de acompañar y al público al que van destinados...
Coronel Von Rohaut
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