Así lo han decidido en Girona y nueve templos de la ciudad han realizado, simultáneamente, un concierto "de campanillas".
Me dan rabia y hasta un poco de asco los "urbanitas" (que no dudan en tocarte los huevos con sus teléfonos móviles) y que cuando recién llegan a un pueblo, donde nadie les ha llamado ni les ha dado vela en el entierro, se quejan y exigen que callen las alegres campanas, los orgullosos gallos dejen de cantar para despertarte en la madrugada, y los perros de ladrar alegremente...
¡Visca Girona!
Coronel Von Rohaut
(PS) En el pueblo de mi abuela donde yo pasaba los veranos, mi habitación daba frente al campanario de la iglesia y el tañir de sus campanas, que incluso durante la noche sonaban horas y cuartos, jamás me molestó lo mas mínimo...
¡Pero es que yo ya era un poco de pueblo!
jueves, mayo 12, 2016
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