Un ecologista urbano, gabacho, progre y modelno, alaba el ir en bicicleta por nuestras calles y las de París. Yo no sé cómo circularán por París pero, ¡pardiez! sí que sé cómo lo hacen por Barcelona... estos malditos...
Dice el "gurú" de la "bici" moderna, después de criticar al peatón y al automovilista, que: "el ciclista está plenamente concentrado en su paso por el espacio, es el único que sabe lo que hace".
Y tiene razón, sabe lo que hace pero, lo que hace, es para cagarse en su puta madre: no respeta ningún semáforo (al llegar a un cruce afloja un poco, hace un poco de "sur place" sobre sus pedales para ver si viene algún coche, y se lanza hacía delante, tenga o no permiso), circula en contra dirección mofándose de quien le llame la atención, rueda alegremente por las aceras y no esquivando a los pobres peatones si no que estos han de esquivarle a él si no quieren ser avasallados, por la calzada van haciendo "slalom" entre los coches jugándose su físico pero alterando los nervios de los sufridos automovilistas, etc.
Bienvenidas sean las ecológicas bicicletas por las ciudades y bienvenidos los alegres muchachos que las conducen. Pero no digo lo que pienso de ellos (*) para no decir más groserías, que luego salen mis conocidos y me lo reprochan, a mí, tan modoso, cuidadoso y sensible como soy en el hablar...
Coronel Von Rohaut
(*) De algunos, claro, ya que no se debe generalizar ni nada en este mundo es absoluto, salvo la "palmada" final; ¡de palmarla, no de palmear!
viernes, julio 10, 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario