Es difícil, no imposible ni mucho menos (*), hoy en día ver a un soldado lanzando una granada de mano, de las de piña, en la posición del atleta que practica el "lanzamiento de peso", tantas veces visto en películas.
Porqué actualmente se utilizan mayormente unas granadas en forma de munición, de 40 mm de calibre, que se disparan con un lanzador o tubo situado debajo del cañón del fusil de asalto y que tienen un alcance de 150 metros, muy superior al de un lanzamiento a mano.
En la foto de arriba, el lanzagranadas americano
M-203, utilizado por más de 20 países, montado en una carabina M-4; la versión actual del rifle de asalto M-16 (Colt AR-15), estrenado en Vietnam, en los arrozales del Delta del Mékong.
Y ahora los USA han adquirido el nuevo lanzagranadas M-320, fabricado por la alemana Heckler & Koch, que están probando los paracaidistas de la 82 Airborne (foto de en medio).
Pero también existen lanzagranadas automáticos, parecidos a una ametralladora pesada, que lanzan granadas de 40 mm pero más largas y potentes que las de monotiro, montadas en cinta y que pueden ser enviadas a 1.500 metros lo que le proporciona, a la puta infantería, una notable potencia de fuego (foto de abajo).
Coronel Von Rohaut
(*) Para limpiar una habitación desde la puerta o una ventana, para despejar la parte detrás de un muro o dentro de una trinchera, etc.
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