Un francés de origen senegalés o sea, un negro, auténtico sub-sahariano, ha ganado el primer premio en un concurso de "baguettes". Ha confeccionado la mejor "baguette" de Paris, que llegará a la mesa del mismo presidente Sarkozy.
Eso es integración, y lo demás son hostias.
Si en lugar de sus padres emigrar a Francia hubieran venido a Catalunya, ahora estaría cociendo una puta mierda de pan de masa pre-congelada y sin fermentación natural, elaborada con harina sintética y otros aditivos guarros y baratos, que es como un chiclé o, al día siguiente, más duro que una piedra. Y que no sabe a nada.
Hace años estaba yo (*) paseando por Sitges a un cliente mío de California (USA) y de repente vi que lo había perdido; me giré y lo encontré parado delante de una panadería y aspirando el aire con delectación. Me dijo que en América hacía años que se había perdido el olor a pan y que el aroma que salía de aquel horno le recordaba su infancia en Filadelfia.
Si ahora te paras delante de una panadería catalana, el único olor que podrás sentir es el de si te has soltado algún pedo....
Coronel Von Rohaut
(*) Creo que esta anécdota ya la había contado alguna vez, pero es signo de veteranía y de experiencia, no de senilidad ni de estar "gagá", el contar batallitas y repetir las cosas.
jueves, abril 29, 2010
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2 comentarios:
Querido Coronel,
Una vez más, coincidimos.
Creo que esos negros maravillosos sub-saharianos y del Senegal, tienen mucho más futuro en Francia que en Cataluña (España).
No sé por qué vienen aquí, cuando tienen más posibilidades en otros países, que ya desde los tiempos de los campos vacacionales en Arlés, se les han reconocido los grandes méritos que atesoran.
General Rogelius
Querido general, ya sabes que soy un admirador incondicional de tu sorna.
Y es cierto que en Francia tienen mucha más practica que aquí en liderar con los negritos de sus ex colonias, lo que no les libra de estar, también, hasta las mismas pelotas de ellos, por demasiados.
Esto de la cifra, lo que en catalán decimos "totes les masses pican", es siempre el meollo del problema.
Ya en los años 20, cuando mi tío hizo la "mili" en Toulouse y estaba de guardia, ya tenía problemas con un par de senegaleses, altos como dos torres, que se le escapaban del cuartel y le regresaban borrachos como cubas. Pero siempre le llegaron a la hora y no le pusieron en ningún compromiso a la hora de pasar lista. Seguramente fueron de los que guardaban el campo de vacaciones que tu citas, donde fueron a veranear los republicanos españoles; que siempre tuvieron una salida fácil: alistarse a Legion Étrangère y cantar aquello de "Legio Patria Nostra".
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