Es como llaman en Inglaterra el hecho que muchas empresas de defensa contratan, entre su personal, a militares o políticos recién salidos del servicio (a pesar que tienen que dejar transcurrir un tiempo y pasar ciertos filtros). Y que muchos cargos gubernamentales e incluso Ministros, en los Deptos. de Defensa, son ex-ejecutivos de empresas del sector (*).
Eso acarrea que si, cuando eras militar encargaste buenos pedidos o diste informes favorables a la adquisición de ciertos materiales y no pusiste demasiados problemas a los precios, cuando te jubiles de las fuerzas armadas encontrarás un buen empleo para tu retiro dorado (**). Y si las empresas tienen algunos ex-militares entre sus cuadros y estos mantienen buenas relaciones con su antiguo cargo, será más fácil obtener suculentos contratos. Sobre todo si tu empresa está dirigida por algún ex-ministro.
Y el tener buenas relaciones no se considera corrupción. Manipular los precios, sí.
Y ahora, en un estudio del "The Times", aparece que cuando hace siete años el Ministerio de Defensa británico firmó el contrato para la compra de dos portaaviones de la nueva clase "Queen Elizabeth" (que ahora, por cierto, no saben qué hacer con uno de ellos), se estableció un precio de 2,8 miles de millones de libras esterlinas (bonita moneda, algo más alta que el bendito euro). A los 4 años ya había subido a 3,8 miles de millones y, finalmente, se ha cerrado por 5,3 miles de millones. Casi el doble pero, eso sí, cuando se firmó y para que nadie se alarmara, la cifra era más llevadera; ya luego la iremos subiendo y aquí paz y allá gloria.
¡Ah, eso pasa en todos los países, eh, que los ingleses no son peores, solo que allí se sabe!
Coronel Von Rohaut
(*) En el Reino Unido y en los USA. En España no, que aquí todos los políticos son funcionarios, empleados del partido, sindicalistas, etc.
(**) Cuando en la empresa que yo trabajaba adquirimos un helicóptero (para llevar y traer clientes, pero también para que el propietario de la firma subiera a esquiar a Baqueira sin colas de carretera), un "Bell" de 5 plazas (como el de la imagen) de construcción americana que costó la friolera de 200 millones de pesetas de entonces, el asesor (simple acompañante) del Jefe de Ventas que vino a visitarnos era un general retirado del US Army (sin uniforme, claro, pero te lo hacía saber pues eso dá "cachet", y durante la comida "de trabajo" contaba "batallitas").
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