En un artículo que puede leerse clikando aquí, dice Salvador Cardús "El último episodio, el futuro de el Prat y la derrota de Spanair, muestra que no estamos hablando solo de luchas simbólicas e identitarias, sinó de una guerra de intereses políticos y económicos de gran magnitud. Emanciparse o desaparecer".
Y cuando escucho a políticos españoles, tertulianos y periodistas (¡ojo! tanto de aquí como de allá) criticar la operación Spanair, analizarla solo bajo el prisma empresarial (en el que se han cometido fallos) para minimizarla e incluso ridiculizarla cuando, ante la negativa reiterada de los gobiernos españoles a cedernos la gestión de nuestro aeropuerto, quizás era un atajo, tortuoso y difícil, pero el único para situar nuestra infraestructura aeroportuaria y conectiva con el mundo.
Pero también quiero volver sobre una de mis posiciones principales. Y que es que intentar ganar, una tras otra, pequeñas batallas para nuestra supervivencia, la de los catalanes y nuestra nación, como puede ser la defensa de la lengua, la cultura y la escuela catalanas (*), las infraestructuras, la estabilidad y justicia fiscal para obtener una financiación correcta, etc. etc., es una pérdida de tiempo, de esfuerzos y energías. Más si, encima y como esta última, las vamos perdiendo.
Yo he abogado siempre y ahora me reafirmo en ello, en que todas las energías, de las pocas que podamos tener, las hemos de concentrar en una única, última y gran batalla: la definitiva y total, la de la independencia.
Coronel Von Rohaut
(*) Como he dicho otras veces, irónica pero sinceramente, admiro a las buenas gentes que se esfuerzan para defender, y luchan por ello a brazo partido, la lengua catalana, la canción catalana, el teatro catalán, el excursionismo catalán, los coros de Clavé y el "ball de bastons". Pero son esfuerzos dispersos y abocados al fracaso, a corto o a medio plazo. Mientras que en una sola y gran batalla y obteniendo la libertad plena y la gestión total de nuestros recursos propios y ahora robados, la independencia y la soberanía de un estado propio, todo lo demás se nos daría por añadidura.
martes, enero 31, 2012
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